Concédenos la liberación de la maldad del mundo, Oh Señor.
Poner en nosotros un corazón puro, tan santo, que la luz de tu rostro brilla a través de nosotros.
Se purifica nuestra audiencia, las obras de nuestras manos, y los caminos que pisó.
Causa nos convirtamos epístolas, lámparas de vivir a la luz la oscuridad
de las almas de los hombres, faros de luz que dirigen el camino de los
puertos seguros para los que navegan en tormentas del mar de angustia
personal.
Deja que tu luz brille a través de nosotros, Oh Señor.
Que Sus Formas ser nuestros caminos y nos haga ser testigos de Su maravilloso amor en este mundo lleno de odio y la lucha.
Concédenos la liberación de la maldad de este mundo, Oh Señor, nuestro Dios.