Purifícame, Señor.
Crea en mí un corazón limpio santo puro y miraré tu rostro, para que yo pueda ver el amante de mi alma.
Me Cambio:
del mal al bien,
mis dudas y para fe,
mi odio al amor;
mi tristeza a la alegría;
mi contienda a la paz;
mi ambición de paciencia;
mi espíritu media a la dulzura,
mi crueldad a la bondad,
mi resentimiento al perdón,
mi descontento con acción de gracias,
mis miedos a la audacia,
mi desesperación a la esperanza,
mis maneras de Su Caminos,
mi mentira a la verdad,
mi egoísmo a la preocupación por los demás,
para que yo sea agradable a tus ojos, Oh Señor.