11 de marzo Siguiente Anterior  página de inicio


Una alegre celebración

     

Días sin fin y noches que nunca llegan.
Alegría sin cesar, no más dolor, no más lágrimas.
Una celebración alegre que nunca termina.
Un lugar de belleza, siempre hermosa, resplandeciente como cristal de múltiples colores más Magnífico.
Un lugar reservado para los Santos, los hijos del Altísimo.
Con rostros radiantes y una sonrisa en sus rostros, como niños en el más maravilloso parque infantil.
Por siempre joven, el celo que fluye como un río de sus corazones.
¡Qué alegría! Qué alegría! Sus voces se escucharán decir.

© 03/11/2001 Jim Welch
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